Tienen como característica en común, o por lo menos la mayoría de ellas, tener pared celular que la rodea y le da protección, sobre todo de la diferencia de gradiente osmótico. De ella tenemos que saber según su forma puede clasificarse las bacterias en dos grandes grupos: Gram postivias y Gram negativas. Esto se debe a una coloración especial que tiñe al grupo que tiene la pared más gruesa pero no tiñe a los que tienen pared más delgada porque estos últimos tienen una membrana fosfolipídica extra en la parte externa.
Podemos clasificar a las bacterias de dos formas:
Una forma clasificación preliminar que se basa en su tamaño, en su forma (ver más adelante) y disposición espacial (es decir si están aisladas o unidas en grupo, etc).
La otra forma más específica de diferenciarla es según su propiedad fenotípica y genotípica.
También es importante saber que no todas las bacterias son nocivas para el humano. Muchas de ellas coexisten de manera natural en el cuerpo e incluso, sin ellas la vida del mismo no podría ser posible o por lo menos no tendría la misma calidad. Pensemos aquí sobre la flora intestinal que habita en el humano de manera permanente.
La enfermedad causada por la infección de una bacteria puede deberse a sus productos tóxicos llamados toxinas o bien a la invasión de zonas del cuerpo que en teoría deberían ser estériles.
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