Ciclos monoxenos
Los ciclos monoxenos son todos aquellos en los que no se necesita la presencia de un huésped intermedio para el desarrollo de la evolución del parásito. Son también llamados ciclos directos.
El ciclo monoxénico se subclasifica en corto o largo.
El ciclo monoxénico corto es aquel en el que la forma en la que se emite el agente patógeno, ya es capaz de infectar a otro individuo.
El ciclo monoxénico largo es aquel en el que la forma en la que se emite el agente patógeno, necesita del pasaje de tiempo en un lugar determinado del medio ambiente (por ejemplo suelo, o agua) para poder desarrollar la forma infectante.
Ciclos heteroxenos
Los ciclos indirectos o heteroxenos, son aquellos en los que existe necesariamente un huésped intermediario en el cual los parásitos en cuestión completan el ciclo evolutivo. Por lo tanto, terminan dependiendo de la presencia de este intermediario en el medio para persistir.
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